domingo, 5 de mayo de 2019

Coya Sur v/s María Elena


Cuando yo llegué a Coya junto con mi pareja “La Colorina”, no creí que nos trataran de aquella forma, pues nos recibieron muy bien, nos daban de comer e incluso ayudaron a mi amada, debido a que tenía problemas de salud, al igual que yo. Se notaba a primera vista que eran personas de muy pocos recursos, característica que teníamos en común, pero a pesar de todo, fueron muy amables y me recibieron con los brazos abiertos.
Debido a nuestras largas charlas nocturnas con aquellos pueblerinos, me enteré que existía una gran rivalidad entre ellos y el pueblo vecino. Los mayores enemigos de los habitantes de Coya Sur, era el campamento María Elena, más conocidos como Los Cometierra, denominados así por mis mismísimos parientitos, debido a que allí existía un molino que desintegraba el salitre, por lo cual era lo que respiraban todo el tiempo.
Entre Comemuertos y Cometierras existía lucha constante desde tiempos inmemoriales, ya que en los partidos de fútbol estos últimos siempre salían vencedores, fuera por motivos justos o no.
Ellos eran bien conocidos por ser unas personas que alardeaban sus triunfos y hazañas, hecho que era bastante molesto para mis parientitos de Coya Sur, siempre les sacaban en cara que ellos eran los mejores y que Los Comemuertos nunca les ganarían si quiera un partido de fútbol.
Cuando llegaban otros afuerinos a Coya, los de María Elena los sobornaban, ofreciéndoles dinero a cambio  que se trasladaran a su pueblo. Así ellos se quedaban con los mejores futbolistas, en cambio Coya solo tenía a los menos dotados, ineptos y viejos.
El líder de los Cometierra era el “Pata de diablo”, un hombre maceteado, robusto, de carácter imponente y grande, media como más de un metro ochenta, de tez morena. Él era quien en la mayoría de las ocasiones metía los goles. A último tiempo antes de que sonara la campana, él con su pierna endemoniada, daba justo en el clavo, y metía el gol, o al menos esa era lo que me contaban mis parientitos de Coya Sur. Al parecer sonaba como un hombre de temer, alguien respetado.
Yo no tenía nada contra los Cometierra, hasta que poco a poco parecía empezar a formar parte de Coya, lo cual yo creo que automáticamente se deberían volver mis enemigos, pues ser parte de Coya sur y ser enemigo de los Cometierra, van ligados de la mano, sin excepción.

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CITAS TEXTUALES: Todas los fragmentos (citados con comillas) fueron extraídas del libro "El fantasista" de Hernán Rivera Letelier.

Acontecimientos del relato


Un día Expedito González y su pareja ("La Colorina") llegaron al campamento Coya Sur. Los habitantes creían que eran unos turistas como cualquier otro, pero se equivocaron. El hombre comenzó a hacer sus maniobras con el balón, mientras Cachimoco Farfán el comentarista deportivo de la zona, relataba con gran euforia las habilidosas maniobras. Momentáneamente la mujer que lo acompañaba soltaba un cartel con diferentes fotografías de diarios y revistas. Ahí surgió la idea del Pata Pata, el cojo encargado del Sindicato de Obreros, “que ese casposo nos había caído por la chimenea”(Letelier,Página 17).
A unos cuantos kilómetros de allí, se encontraba el campamento María Elena, más conocidos como los Cometierra. Entre ellos y Coya Sur existía una rivalidad que había comenzado hace muchos años, pues a menudo se enfrentaban a partidos de fútbol y el campamento de María Elena siempre vencía. Las pocas veces que se creía que Coya Sur iba a ganar, sus rivales hacían trampa, pinchando la pelota para que no hubiera ganadores, y que ellos se quedaran con su título jamás destronado. Debido a esto, los habitantes al enterarse de que Expedito era un prodigio con la pelota, vieron como sus esperanzas, de al fin ganarles a sus contrincantes, empezaban a florecer.
La pareja no muy feliz por las propinas obtenidas, solo querían seguir rumbo a su siguiente ciudad, la cual era el campamento María Elena. Pero esto no podía suceder, ya que si los Cometierra, se quedaban con el Fantasista para el partido del día domingo, no tendrían probabilidades de ganar.
En un intento de escapar por la puerta trasera del Rancho Huachipato, los recoge el paco Concha, el carabinero a cargo del sector. En la comisaría Expedito confiesa que le es imposible jugar y que solo están perdiendo el tiempo con él, entre lágrimas y rabia les demuestra su problema. Se pone de pie frente a todos y en un acto de valentía, se baja los pantalones para dejar atónitos a todos con su gran testículo prominente. Confiesa que sufre una hernia testicular desde que nació y que por ese motivo, desde pequeño se dedica a hacer sus solitarios malabares, afirmando que nunca ha jugado un partido de fútbol en la vida.
Los sentimientos de esperanza en la población, sobre este supuesto fantasista que cayó del cielo al campamento, empiezan a desaparecer, preguntándose que será de ellos ahora, pero hasta el día del partido, decidieron ocuparlo como un arma de doble filo, para presumir a los de María Elena, del gran jugador que tenían y así, ellos fueran pasando la voz que los de Coya Sur tenían al mejor jugador de fútbol profesional en toda la pampa jamás visto.
El día del partido decisivo para la historia pampina, se jugaría en Coya Sur, con una multitud paralizada en la pampa, personas de diferentes lugares cercanos se reunieron en la cancha de tierra que tenía el campamento y una táctica preparada por el entrenador Agapito Sánchez que decidió meter al campo de juego al fantasista, el cual terminaria con un final trágico.


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CITAS TEXTUALES: Todas los fragmentos (citados con comillas) fueron extraídas del libro "El fantasista" de Hernán Rivera Letelier.

sábado, 4 de mayo de 2019

Apreciación personal



El Fantasista es un libro ambientado en la pampa chilena, que muestra la gran rivalidad que existe entre los campamentos de María Elena y Coya Sur, la cual es la mayor problemática que se desarrolla a lo largo de la historia, junto con el cierre de esta última.
En nuestra opinión creemos que el libro ya antes mencionado tiene un buen desarrollo de la historia, donde se puede mostrar como es la vida en la pampa salitrera, y la gran pobreza que existe allí nos hace reflexionar de lo difícil que puede ser la vida.
Pensamos que la historia a pesar de que hable de fútbol como muchos otros libros, Letelier le da un toque especial, donde se puede ver la pasión, al mostrar que los personajes le tenían un gran aprecio admiración hacia el fútbol, humor, ya que en muchas ocasiones se hacen chistes con el que uno se puede sentir identificado o simplemente te sacan una sonrisa, como lo muestra la cita: “Cuando los casados ingresaron a la cancha, al hacer el clásico saludo al equipo rival, en vez de decir tres ras por los solteros, no hallaron mejor que gritar: - ¡Tres ras por los pajeros! ¡Ra! ¡Ra! ¡Ra!” (Letelier,página 59)esta cita sin duda nos sacó una gran carcajada al leerla, y así muestra como Hernán puede darle dinamismo al texto sin que uno se aburra. Otro elemento que es importante destacar es la rivalidad que existe entre los equipos, y así se muestra el apoyo y hermandad que se da entre sus compañeros de equipo, donde existe unión por parte de ellos para así al fin poder ganar el gran partido. También muestra melancolía por parte del autor al recordar aquella infancia que él tuvo desarrollándola en la pampa, jugando a la pelota o simplemente divirtiéndose con amigos. Además, muestra el amor que sentía Expedito González, tanto como hacia el fútbol y su pareja, que bien se puede dar a ver que daría todo por lo que él realmente admira y quiere. Y finalmente lo más importante que te enseña el libro es el esfuerzo e imbatibilidad, esto se muestra en todo el sacrificio que hay detrás de los habitantes de Coya Sur, ya que nunca se rinden para ganarle al equipo rival.
Por nuestra parte si recomendaríamos este libro, ya que tiene todo un trasfondo detrás, no solo el fútbol, si no otra forma de ver la vida, en que se desarrollan estos increíbles personajes, el cual lo interesante es que es el mismo ambiente en donde el autor desarrolló su vida de niño, lo cual hace que sea al muy bien descrito y realista, características que le da un bonus especial a la lectura y te hace trasladar a la pampa. “Por mantenernos vivo el recuerdo de Coya Sur”(Letelier, página 7).

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CITAS TEXTUALES: Todas los fragmentos (citados con comillas) fueron extraídas del libro "El fantasista" de Hernán Rivera Letelier.




Presentación personal: ¿Quién soy yo?


Déjenme contarles parientitos míos, mi nombre es Expedito González, malabarista del balón que ando recorriendo las ciudades del norte para ganarme unos pesitos, soy oriundo de Temuco, hincha nativo del Green Cross y como me encuentro aquí con ustedes vengo a contarles mi problema. Cuando nací fui un niño prematuro, me sacaron de mi madre muerta en el parto y pase mi niñez solo con mi padre hasta la edad de 7 años, cuando murió de un ataque, un dato que no les he contado y me pesa mucho, es la horrible hernia testicular con la que nací y que parientitos míos no es para nada fácil vivir todos estos años con ella en la entrepierna. Al tomar conciencia de mi problema físico y en compensación de que nunca podría jugar a la pelota con mis amigos, comencé a hacer mis solitarios malabares con la pelota, primero empecé con la cabeza, luego con los hombros, el pecho, la rodilla y en ultimo lugar con los pies que fue lo más difícil por mi situación. Me convertí también en un erudito del fútbol, leyendo libros de la historia de este bonito deporte, recitando de memoria cualquier partido de cualquiera de los mundiales. En estos años vivo del malabarismo, aparecí en el diario y en la tele, recorriendo desde el sur hasta el norte del país por un motivo particular, me acompaña la Colorina, una mujer que me encontré en un pueblito del sur, ella sufre de amnesia, no recuerda ni su nombre ni sus documentos, el único dato es que pronuncia Tocopilla en sus sueños, es quien me sigue en este viaje y espero casarme con ella cuando conozca bien de donde es. Por ahora me encuentro en un campamento en el norte “Coya Sur” se llama y es aquí donde me tienen retenido para que juegue un partido de fútbol contra otro campamento rival, creyendo que soy un experto jugador del balón, “ha llegado el Mesías de la pelota blanca"(Letelier,página 18) vociferaban algunos, cuando nunca he jugado un maldito partido de fútbol por mi extraña enfermedad, que solo me permite hacer los malabares sin moverme demasiado, por eso siempre he caminado de forma arcada y las personas me lo recalcan cada vez, pero ya me acostumbre a vivir así con mi deformidad y sus dificultades. Solo espero largarme de aquí para seguir rumbo a Tocopilla, juntar dinero y casarme con la Colorina.
 
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CITAS TEXTUALES: Todas los fragmentos (citados con comillas) fueron extraídas del libro "El fantasista" de Hernán Rivera Letelier.